En las últimas semana estoy asistiendo a unos episodios, que mi sentir como creyente practicante no asume ... mi entendimiento no logra alcanzar ese estadio para asumir, que un templo de culto cierre durante el periodo estival, o en su defecto, sesgue su labor pastoral, imponiendo a la feligresía unos "servicios mínimos" escasos e incompletos ... ¿Acaso la Fe, cierra por vacaciones? ... entiendo que cuando se decide tomar este tipo de medidas, se hace pensando en el descanso del responsable de la Parroquia, pero siendo así, otra pregunta se cierne sobre mi cabeza ... ¿El sacerdocio es un empleo? ... Más no valiera que no.
Entiendo que el sacerdocio es una vocación de entrega plena al Señor, a la que Dios te llama y en la que no existe ningún convenio laboral, donde se exponga que se dispone de treinta días anuales de vacaciones. Puede que mi actitud sea la de una persona intransigente, pero cuando un sacerdote decide "recortar" los servicios pastorales o cesar los mismo de forma completa, está dejando en el desamparo a una comunidad que precisa escuchar la Palabra de Dios a diario y alimentarse con el único alimento que nos sacia el hambre y la sed ... el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Que un templo permanezca inactivo durante un mes al año, es como si cerramos un comedor social, porque el director del mismo necesita un respiro en su apretada agenda ... un sin sentido.
Con estas actitudes, perdemos el derecho a quejarse del laicismo imperante en nuestra sociedad ... de la pérdida de los valores sacramentales o del alejamiento de las personas que siendo creyentes, no acuden a las Iglesia con asiduidad. El anuncio del Evangelio y la practica de la doctrina no pueden permitirse el lujo de echar el cerrojo por vacaciones ...
La Paz herman@s ¡¡¡
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