domingo, 28 de diciembre de 2014

28 de Diciembre, LOS SANTOS NIÑOS INOCENTES ...

Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos.Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento:es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.
(Mt 2,16-18)

Aunque lo expuesto por el Evangelista Mateo puede parecer del pasado, el mundo actual sigue estando lleno de Herodes ... aunque hoy en día estos ya no son reyes, si no políticos y profesionales de la medicina, que han perdido por completo el celo por la preservación de la vida humana ... convertidos pues, en meros asesinos o cómplices de una sangría silenciosa y legal de niños y niñas que no han cometido otro pecado, que el ser concebidos ... 

Que desde el mismo instante de la concepción existe la vida, es algo que ni los pro-aborto pueden ya negar ... el latir del corazón y la transformación celular desde el minuto 0 de la concepción, no dejan resquicio alguno a tener la menor duda respecto a esto ... por eso el decálogo del buen pro-abortísta ha cambiado, sumidos en la desesperación de la verdad han modelado su discurso amparándose en la libertad de la progenitora a decidir sobre su cuerpo, formando así un pliego lleno de libertades, pero vacío en la forma y en el fondo. Decidir sobre tu cuerpo, no te permite decidir sobre la vida de nadie ... ni de tu hijo/a.

El absurdo de esta sociedad enferma nos lleva a asumir el rol de Dios, queriendo dominar tanto el principio de una vida como su término, llevándonos a situaciones tan dramáticas como el concebir un hijo por medios artificiales ... y acabar con la vida de este si no cumple con nuestras expectativas a nivel físico o mental. Algo deleznable a los ojos de todo aquel que tiene la percepción de que la vida es un regalo, un presente que se nos ofrece y del cual solo nos encargamos de cuidar. Ni lo creamos ni lo debemos destruir. La Vida es de Dios y solo en el que la recibe puede hacer uso de ella ... es algo incorruptible por otro humano. Nuestro falta de dominio por nuestra propia vida nos hace estériles frente a la vida ajena.